Por: Pablo Espinosa
La educación en la Republica Dominicana debe asumir el método dialógico, porque la enseñanza es un acto de comunicación entre los actores del proceso educativo en diversos contextos. El dialogo promueve la reflexión y la acción para la transformación de la realidad social. De esa manera se contribuye con el rompimiento de la barrera invisible que separa al profesor y al alumno, se fomenta la convivencia armónica que debe darse en todo proceso de enseñar y aprender.
El dialogo garantiza la participación y la democracia en la toma de decisiones, potencializa el trabajo colaborativo y grupal haciendo que los alumnos desarrollen la competencia comunicativa como eje transversal, en todas la relaciones que asumen los sujetos sociales. Este método tiene a su favor el hecho de que la educación dominicana asume que el currículo es abierto, flexible y participativo, de manera que las estrategias de enseñanza que los profesores tomen en cuenta deben responder a los objetivos de aprendizajes establecidos.
El dialogo es por la naturaleza la principal herramienta para la socialización y construcción del conocimiento en la interacción de los seres humanos. La comunicación como proceso de doble vía, requiere que los actores estén situado en el mismo contexto para que ocurra el acto dialógico que lo mueve a asumir postura frente a un hecho o realidad determinada. Ya Paulo Freire, en su obra pedagogía del oprimido, nos enseñó que el dialogo es liberador, pues permite que el oprimido pueda expresar su propia palabra sin intermediación del otro. El dialogo se fundamenta en los principios de igualdad, equidad, libertad y autonomía. De igual manera asume los valores de la solidaridad, tolerancia, criticidad, compañerismo y convivencia, como elementos esenciales que trazan la línea de la construcción humana desde una perspectiva integral.
Paulo Freire, realiza una valoración profunda sobre el dialogo como método para desarrollar proceso de aprendizaje centrado en la interacción entre pares, profesor-alumno, alumno-alumno y los profesores entre sí. En esta relación nadie es dueño del conocimiento, los actores de la comunidad educativa, aprenden uno del otro, la mediación es horizontal y se desarrollan competencias sociales y comunicativas, que ayudan al sujeto a aprender respetando el punto de vista de los demás. Se potencializa la criticidad, la responsabilidad individual y social. En palabras de Freire, “Nadie educa a nadie, los seres humanos se educan entre sí, teniendo al mundo como mediador”
Desde la escuela se debe impulsar la cultura del dialogo en esta época de violencia de todo tipo y poca tolerancia que caracteriza la sociedad dominicana. La misma es un reflejo de los atrasos que tenemos en materia educativa como sociedad y por otro lado a la falta de oportunidades para inserción social que tienen las personas.
Considero como obstáculo para la implementación de este método la cultura de autoritarismo propia de la herencia social de los regímenes autoritarios que hemos tenido y la violencia que generan las relaciones de poder. La concepción que se tiene del educador, es de alguien a quien hay que obedecer. Desde los hogares se le comunica a los niños que los profesores son sus padres, el paternalismo está presente en la relación profesor-alumnos. Sobre esa base no puede haber dialogo, sino sumisión. A esto se le agrega la falta de formación del docente en este método, para promover en el educando la liberación espiritual, el pensamiento crítico y reflexivo, como sujeto de cambio que se transforma a sí mismo para transformar su realidad social.
El autor es profesor universitario
