Por: Prof. Felix E. Dini Saldaña.
La tendencia internacional en materia educativa asumida por muchos países de los llamados en vías de desarrollo, de reformar su oferta curricular a fin de orientarla a la formación de individuos “competentes” para la actuación exitosa de estos en un contexto social cada vez más cambiante e impredecible, supone la demanda de nuevas capacidades profesionales a los docentes que les permitan hacer realidad las aspiraciones de la curricula propuesta, realidad a la cual no escapa la Republica Dominicana.
Es en este marco que el Consejo Nacional de Educación, ordena en el mes de abril del 2011, revisar y actualizar el currículo de la educación dominica sin sustituir sus fundamentos teóricos y metodológicos. El resultado de este proceso fue el documento “Base de la Revisión y actualización curricular”, que introduce cambios importantes en la intensión educativa, entre los que destaca el enfoque de competencia, que plantea la movilización del conocimiento y la funcionabilidad del aprendizaje.
El fundamento del Currículo Dominicano tomo I, fundamentación teórico-metodológica, precisa que “El Currículo viene a constituirse en la estrategia fundamental de la educación para el logro de sus propósitos”, esto quiere decir que el currículo es contentivo de todo los elementos necesarios para el logro de los fines de la educación Dominicana establecidos en la ley general de Educación 66-97, por lo que es esencial contar con maestros capaces de incorporar esta nueva visión curricular de enfoque de competencia a su práctica pedagógica, lo que significa un cambio de mentalidad del maestro frente a su ejercicio docente, el concepto de mentalidad es abstracto no indicando específicamente cuales cosas ha de cambiarse, sin embargo dos aspectos que inciden en la calidad del trabajo de los maestros son la actitud y la aptitud.
La actitud entendida como la predisposición interna frente a una determinada situación, en este caso la predisposición debe ser “positiva” de aceptación del cambio, fruto del reconocimiento del docente dominicano del papel protagónico que juega en el éxito de esta propuesta curricular, el segundo aspecto debe ser producto de esa actitud positiva y tiene que ver con la aptitud o capacidad que muestra el maestro para realizar las tareas inherentes a sus funciones. Es preciso aclarar que el cambio de actitud y aptitud no debe ser propio solo par el maestro que orienta los procesos de enseñanza en el aula, tambien abarca aquellos que tienen funciones técnicas-docente y administrativas-docente en cualquiera de los niveles en los que se concretiza el Curriculum educativo.
El docente dominicana tiene que asumir la responsabilidad de desarrollar ese perfil del maestro competente al cual hace referencia el “Modelo de evaluación del Desempeño Docente Basado en Competencias en la Republica Dominicana”, que plantea una serie de características que debe poseer el “buen docente”, las cuales por razones de espacio no se detallan, pero que están agrupadas en; primero lo que el maestro debe conocer, segundo en las capacidades (habilidades y destrezas) para la ejecución de determinadas tareas y tercero actitudes de actuación.
El conjunto de estas características del docente son indispensables para garantizar la calidad educativa a través de la apropiación y aplicaciones del Currículo vigente. Planificaciones de trabajo docente efectivas, orientadas al desarrollo de competencias, que solo podrán ser elaboradas por estos cuando se sientan comprometidos y capaces para la aplicación del enfoque de competencia a partir de un proceso de capacitación y actualización. Entre las tareas pendientes para lograr ese profesional de la educación competente están; el dominio a profundidad de los contenidos curriculares que imparte, utilizándolo como medio para despertar la curiosidad del estudiante por aprender, al tiempo que lo lleva a la reflexión crítica sobre su realidad, uso de estrategias de enseñanza motivadoras enfocadas en el hacer, problematizadoras, cuestionadoras, cargadas de desafíos para los estudiantes, poniendo en juego los conocimientos, las habilidades y los valores de los alumnos, para dar significado a lo aprendido.
Otra cuestión es la destreza para el uso de los recursos didácticos propuestos por el nuevo enfoque, en un contexto caracterizado por el uso masivo de las tecnologías de la información y la comunicación en todas las actividades humanas y de la cual la educación no escapa. El último aspecto al cual queremos hacer referencia es a la evaluación de los aprendizajes; el enfoque de competencia privilegia la evaluación en contextos reales, las evidencias y niveles de desempeño a partir de determinados indicadores de logro, esto implica una ruptura con la tradicional forma de evaluar marcada por un alto grado de subjetividad, que apuntaba más a lo que el estudiante decía que a lo que hacía, por lo que necesariamente el docente debe estar en condiciones de diseñar nuevos y diferentes espacios de evaluación, así como instrumentos y estrategias innovadoras que permitan valorar todo el proceso de aprendizaje de manera asertiva.
La suerte está echada, la revolución educativa ha comenzado, sus soldados de primera línea son los docentes y como responsables de la gestión y aplicación del Currículo, les corresponde liderarla y llevar su estandarte, por lo que como diría la insigne poetisa chilena Gabriela Mistral, “Donde hay un árbol que planta, plántalo tú. Donde hay un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde hay un esfuerzo que todo esquivan, hazlo tú”.
Excelente artículo, esperamos que según se dice se haga porque en realidad aveces las personas competentes las dejan fuera sólo porque no tiene quién le ayude.
Buen artículo
excelente articulo. queda en mano de los docentes articular estrategias que sean coherente con los objetivos buscado de un aprendizaje significativo y la formación
de un ente competente
Excelente Artículo profesor. Es la realidad de nuestro sistema educativo en la actualidad, por eso este material tiene un inmenso valor ya que, nos lleva a una proceso reflexivo sobre nuestra profesión docente. Nos hace cuestionarnos acerca de que y como estamos enseñando, y por último nos permite conocer de manera objetiva nuestro modelo curricular… Gracias maestro por este aporte.